Conociendo los tipos de paneles fotovoltaicos y sus características

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Las placas solares se han consolidado como una apuesta decidida y firme por las energías renovables. Según la REE (Red Eléctrica de España), nuestro país generó 3,4 GW más en 2022. Pero ¿qué tipos de paneles fotovoltaicos hay? En este artículo desvelamos todas las claves y sus aplicaciones técnicas para tomar una decisión de compra adecuada.

Tipos de paneles solares

Durante los últimos años, esta energía renovable se ha postulado como un componente esencial del mix energético. Como resultado, cada vez hay más personas y empresas que lo incluyen en sus medios de generación energética. La clave está en desarrollar una mayor diversificación que contribuya a reducir el gasto en electricidad.

Paneles monocristalinos

Conocidos también como monoblock, están formados por un único bloque de silicio. En la actualidad, son los que requieren un desembolso mayor, pero también los más eficientes. La razón es que poseen una capacidad de conducción muy significativa debido a que la energía fluye directamente por una superficie uniforme.

Una de sus principales ventajas es que funciona mejor que otros tipos en climas nublados. Obtiene un mayor provecho de la radiación solar y minimiza las fugas térmicas por su cara interna. Sin embargo, como retiene más el calor, no resiste de manera idónea el sobrecalentamiento. Por ello, tiende a ver reducido su rendimiento en altas temperaturas.

Paneles policristalinos

Reciben otras denominaciones, como multiblock. Está recomendado para instalaciones eléctricas de bajo consumo, dado que tiene unas prestaciones técnicas más reducidas. No obstante, resulta idóneo para los propietarios de viviendas o pequeños negocios. El motivo es que su coste inicial es inferior a otras opciones.

Se caracterizan por estar formados mediante una sucesión coordinada de capas de silicio. El grado de conductividad es relativamente menor, pero se han optimizado de manera que no escape tanta energía. Son menos eficientes que los monocristalinos, aunque no desperdician tanto calor bajo temperaturas extremas.

Paneles de capa fina

Generalmente, es el más barato de todos, pero su instalación es más compleja. Consta de distintas capas de silicio estructuradas, que son menos puras que con otros tipos. Poseen una conductividad comparable a otros medios, pero no la misma eficiencia. Resultan más fáciles de adaptar a espacios técnicamente complejos, como tejados de edificios.

Su principal inconveniente es que necesitan más espacio para generar la misma energía que los monocristalinos o los policristalinos. Sin embargo, suelen ser ideales para industrias, donde la superficie disponible es considerablemente amplia. En cualquier caso, no son compatibles con medios como los híbridos. Son los que presenta una menor vida útil, con unos 20 – 25 años.

Paneles híbridos

Este formato está ganando popularidad en los últimos años debido a que están ganando en eficiencia. Poseen láminas de silicio conductoras, tanto en la parte que da al exterior, como en la que permanece oculta. Como consecuencia, mitiga la pérdida de radiación solar hacia el suelo y la aprovecha en mayor medida.

Funcionan tanto con las placas monoblock como con las multiblock. Igualmente, proporcionan tanto electricidad como agua caliente al conectarse a ambas instalaciones de la infraestructura. Constituye una solución adecuada en regiones donde hay pocas horas de sol, dado que obtienen más energía con menos radiación. Asimismo, posee una mayor durabilidad que los anteriores, de hasta 35 años.

¿Cuáles son los más eficientes?

Después de analizar la diferencia entre panel solar monocristalino o policristalino, conviene repasar sus términos de eficiencia. Generalmente, los primeros son más rentables en este sentido debido a que minimizan la pérdida de radiación. De esta forma, su potencial de conducción es mayor.

Sin embargo, no podemos obviar la capacidad de integración de la tecnología híbrida. Lo ideal sería combinar los monoblock con las células por ambas caras. Los modelos más comercializados evitan la degradación de la radiación en un 30 %, lo que se traduce en una capacidad de aprovechamiento de hasta el 89 %.

Hay otras claves que determinan cuál es el panel más eficiente dentro de un tejado fotovoltaico:

  • El número de células, que no debe ser inferior a 60 para procesar mejor el calor solar.
  • La tensión, que suele rondar los 40 V en cada placa para hacerla compatible con el autoconsumo.
  • El margen de tolerancia (la electricidad que puede emitir) no debe variar en más de 5 W.

Respecto a este último punto, conviene señalar que la generación de electricidad debería ser de 500 W por panel. Como resultado, serían necesarias unas 10 placas para generar 5 kWh, una cantidad apropiada para instalaciones domésticas o pequeñas empresas. Para hacerla posible, habría que disponer de unos 2m² por cada panel.

Claves para elegir el panel más adecuado

Después de revisar las capacidades técnicas de cada formato, es importante escoger el adecuado. Resulta indispensable pensar siempre en la aplicación que se le debe dar:

  • Para consumidores particulares, lo ideal es el autoconsumo versátil (electricidad y agua caliente).
  • Para empresas de pequeño tamaño, suelen ser una oportunidad para reducir la factura eléctrica.
  • Para grandes compañías o industrias, constituyen un medio de energía alternativo y eficiente.

En los tres casos, hay que determinar ciertos aspectos:

  • Posibilidad de incorporar el almacenamiento de energía solar. Disponibilidad de espacio para incluir baterías y compensar el excedente en la factura de electricidad.
  • Incorporación de medios contemporáneos. Una buena opción es incluirlos dentro de un tejado ecológico, con vegetación que minimice la pérdida de calor.
  • Superficie e infraestructura disponibles. Imprescindible para acercarse lo máximo posible a la potencia consumida (que se puede consultar en la última factura).

Por su parte, hay que determinar las necesidades de mantenimiento de paneles solares. Estas aspiran a que la eficiencia se preserve en el tiempo:

  • Efectuar revisiones periódicas, especialmente, en los inversores solares para descartar averías.
  • Comprobar regularmente la potencia generada para determinar posibles fugas.
  • Limpiar las células con un paño de microfibra suave y alcohol isopropílico, que no daña el silicio.

Estos son, en definitiva, los principales tipos de paneles fotovoltaicos. La elección dependerá siempre de su integración en el terreno y las cualidades técnicas que cada uno proporcione. Desde TuVatio te aconsejamos maximizar la inversión inicial para recuperarla en un periodo de tiempo más corto y disfrutar de mayor eficiencia.

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